Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un https://denisihzt320036.like-blogs.com/38344361/así-se-vivió-en-el-estadio-el-cabezazo-de-zidane